Boxeo y transformación en cárceles: Una jornada reveladora con Quebracho y la participación del Pres
En el intrincado tejido del COMCAR, un proyecto singular está trabajando para iluminar la vida de quienes residen tras sus muros. Quebracho, una ONG comprometida con la educación, el deporte y la integración, ha estado llevando su propuesta a cárceles desde hace cinco años. Su enfoque implica mucho más que entrenamientos de boxeo; busca proporcionar herramientas para la reinserción y la superación personal.
El pasado viernes, el presidente de ACDE, Marcelo Scavuzzo, tuvo la oportunidad de sumergirse en esta iniciativa transformadora durante una velada en el COMCAR. Quebracho ha estado llevando profesores de boxeo, psicólogos, y voluntarios a las cárceles para ofrecer una experiencia que va más allá de la actividad física, sino también en la unidad 1 y 6 de Punta de Rieles.
La velada del viernes no fue simplemente una serie de peleas. Fue un evento que tenía como objetivo ofrecer a los reclusos un día especial que configura un día más en el que luchan por un objetivo. Quebracho busca proporcionar momentos de alegría y celebración, algo que puede ser escaso en el entorno carcelario.
La conexión entre los voluntarios de Quebracho y los reclusos va más allá del boxeo, nos cuenta Sebastián Ramos, miembro del equipo de Quebracho. Implica conversaciones significativas, donde los voluntarios exploran las historias y aspiraciones de los reclusos. Este proceso busca establecer un vínculo de confianza, un elemento crucial en el camino de la rehabilitación.
La visión de Quebracho no se detiene en las cárceles. Tiene fases diseñadas para la preliberación y la reintegración laboral. Busca preparar a los liberados para enfrentar los desafíos del mundo exterior, ofreciendo asesoramiento psicológico y apoyo para la búsqueda de empleo.
La participación del presidente de ACDE, Scavuzzo, subraya la importancia de la sociedad en la rehabilitación de aquellos que han cometido errores. Este proyecto destaca la necesidad de enfoques humanos y compasivos en el sistema de justicia penal.
En resumen, la noche en COMCAR con Quebracho no fue solo un evento deportivo; fue una manifestación de la posibilidad de cambio y redención, incluso en los entornos más desafiantes. Este relato no busca sensacionalismo, sino resaltar una iniciativa que está trabajando para arrojar luz en las vidas de quienes a menudo son olvidado.
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