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RESUMEN DEL FORO UY 2030

Productividad o muerte, la cultura del trabajo en el sentido de agregar valor, y no tener pánico a los cambios que suceden sino tratar de entenderos y dales sentido, son tres nociones que resonaron en las exposiciones realizadas esta mañana en el Foro Uruguay 2030 organizado por ACDE, por el subdirector de OPP, Santiago Soto, el director de Agronegocios Del Plata, Marcos Guigou y el director del Grupo Bimbo para Latin Sur, Ignacio Pugliese.

De izquierda a derecha: Marcos Guigou, Ignacio Pugliese, Santiago Soto, Pablo Brenner y Fernando Rachetti Olaso

El audio y las presentaciones de los expositores se pueden descargar aquí.

En la apertura del Foro, el presidente de ACDE, Fernando Rachetti Olaso, marcó su sentido:

“Si hay algo seguro es que la gran mayoría de nosotros, sino todos, queremos un país con más y mejores oportunidades para todos los uruguayos y los migrantes…Este foro es el ámbito abierto por ACDE para reflexionar y poder ver juntos caminos que nos conduzcan a esta visión, a ese sueño…Pero con los pies en la tierra, con desafíos bien concretos, que hoy tienen los agronegocios, la industria, y la planificación política”.


Posteriormente, Pablo Brenner como moderador realizó dio el contexto del momento: “Estamos viviendo una paradoja. Pensamos en el 2030 y está a la vuelta de la esquina. Hace 12 años, en 2006, el presidente era Vázquez, la oposición era Larrañaga y el director técnico era Tabárez. En las cosas que más nos importan a los uruguayos, en la política y el fútbol, las cosas quedaron bastante parecidas. Doce años tecnológicos son otra cosa. En el 2006 no existía Uber (se creó en el 2009). No existía Uber porque no existía el Iphone que salió en julio de 2007. No existía WeWork. Netflix si existía, pero distribuía dvd por correo. Empezó el streaming recién en el 2007. En 12 años cambiaron muchas cosas pero si extrapolamos esto para delante, las empresas que van a regir nuestra vida cotidiana, los uber, los netflix, los iphone, todavía no se fundaron. La vida entonces va a ser muy diferente y no sabemos cómo va a ser”. Tras referirse a la impresión y producción sintética de alimentos temas de gran impacto para la producción agropecuaria, vital en la economía nacional, concluyó con el llamado a “que Uruguay 2030 sea más que hacer un mundial”.



Santiago Soto, comenzó situando la prospectiva de la OPP. “No predecimos el futuro, es impredecible. pero en la OPP desde 2015 hemos trabajado con el objetivo de mostrar qué puede llegar a pasar y de qué depende esa situación posible para que las políticas se consideren desde hoy”, para encontrar hojas de ruta e insumos para decisiones concretas.


Según el subdirector de OPP, la visión de futuro se estructura en base a dos columnas de desafíos fundamentales cuando uno ve al Uruguay en términos de desarrollo: el cambio demográfico que tiene un impacto importante para imaginar escenarios futuros en la transformación productiva; y los complejos productivos estratégicos desde sus ventajas comparativas. Y como interacción de estos dos pilares está el mercado de trabajo y la protección social, las dos instituciones básicas donde se sintetiza el cambio”.


Desde el punto de vista demográfico, según Soto, al 2050, la población será entre 3 y 4 millones, pero más envejecida (un treinta por ciento o más mayores de 65 años).

Esto es positivo porque las personas viven más y también una preocupación para las políticas públicas por lo que supone para el financiamiento de la salud y la seguridad social.


En esta parte de su exposición, Soto subrayó que en los últimos treinta años, parte del crecimiento del producto per capita estuvo explicado porque por encima del crecimiento de la población había más personas trabajando dada la incorporación de más mujeres al mercado y un incremento de las personas en edad de trabajar; pero esta potencialidad va a desaparecer en el largo plazo. Por tanto, el crecimiento que queda en los próximos treinta años será casi exclusivamente por productividad.


En cuanto a transformación productiva en OPP identificaron 5 complejos: alimentos, forestal-madera-celulosa, industrias creativas, servicios y turismo, y energías renovables. Estos 5 sectores son el veinte por ciento del PBI y el veinticinco del empleo pero el noventa por ciento de las exportaciones de bienes y servicios, claves para el desarrollo del Uruguay por lo que se trazaron diversos escenarios para estos sectores que ese encuentran en la presentación.


Respecto al futuro del trabajo, los sectores más dinámicos en el largo plazo serán los relacionados a la salud y seguridad social y por tanto van a crear empleo vinculado a los cuidados, debido al envejecimiento de la población.


El sector tecnológico será creador de empleo. En el consumo interno la tecnología puede llegar a destruir empleo; los sectores exportadores competitivos serán neutros revirtiendo la tendencia de los últimos 30 años de la baja en la creación de empleo; y los sectores que tienen problemas de competitividad dependerán de cómo se puedan proteger en la inserción internacional.


Para Soto, “el Uruguay tiene el desafío de planificar el futuro, con el sector privado que se integre a la gobernanza y un sector público que pueda hacer frente a los desafíos sobre productividad. Para Uruguay, si no avanza en el sector no transable y en los servicios públicos, y no construye y converge con los países de más alta productividad, el escenario por delante es incierto y negativo”. Por tanto concluyó en que es necesario plantearse “productividad o muerte en el largo plazo”.


El siguiente expositor fue Marcos Guigou para quien “es fabuloso que aumente la población mundial y requiera más alimento porque además Uruguay tiene un exceso de agua, pero esto está desafiado por la disrupción en la producción de alimentos como la carne de laboratorio aunque igualmente necesite fuente de energía que vendrá de la fontosínteisis. Pero también está la agricultura vertical, es decir, la producción de alimentos en edificios¨



Guigou está de acuerdo con Steve Jobs cuando dijo que la tecnología no es nada, lo que hace diferencia es la gente, por lo que afirmó que hemos de estar tranquilos porque esas cosas van a venir y van a ser sorprendentes pero en realidad cada vez más vamos a necesitar a alguien que pueda interpretar, hacer y crear y ese es el camino interesante para Uruguay.

El director de ADP que vivió prácticamente toda su vida en el interior, salvo su etapa de estudios universitarios, entiende que el territorio, al estar prácticamente vacío, ofrece al país muy buenas oportunidades para recibir personas que quieran vivir temporalmente en Uruguay en busca de otro estilo de vida, por lo que hay que elevar los niveles de servicios y crear actividades que atraigan al turismo.


Respecto al trabajo, Guigou señaló que por la tecnología habrá menos gente por toneladas de producción pero más intensidad de conocimiento por hectárea lo que es es una oportunidad para personas que nunca pensaron estar en el sector agropecuario. Y como el trabajo es cada vez menos físico y más de gestión, habrá mayor igualdad de oportunidades de trabajo para las mujeres.


En relación al desarrollo industrial percibe un importante cambio ya que antes se basaba en aumentar la escala para bajar costos por producción. Esto es desafiado hoy por la tecnología. Como por ejemplo, hoy para moler trigo hay cuatro o cinco molinos en el país pero con la tecnología se podría hacer en cada predio y la logística está pasando por arriba a lo que es escala.


Hacia el final de su exposición dijo que “no sabemos qué pasará pero hay que pensar en la cultura del trabajo, no solo en lo que respecta al cumplimiento y la empatía sino a tener el convencimiento de que se agrega valor cuando uno trabaja. Las personas van a tener que tener ese foco. Y pasa con las personas lo que al avión planeador (que no tiene motor): a las que están preparadas y tienen capacidades es solo darles ese empujón, que luego se desarrollen, ya que la carga de energía de las personas supera a cualquier máquina que hace cualquier trabajo mecanizado. Si uno piensa que puede, como si uno piensa que no puede, tiene razón, ya que es una decisión hacer que las cosas sucedan”, finalizó.


Por su parte, Ignacio Pugliese partió del cambio constante del mundo: “Hay mucho cambio y mucho ruido y creo que tenemos que mantener el norte claro y qué queremos hacer con todo eso para que tenga significado…Muchas de las tensiones que estamos viviendo tienen que ver con el entramado de esos cambios y de las personas, las organizaciones intermedias y los estados, y cómo lidiamos con ese cambio que estamos viviendo hoy”. E hizo un llamado a “ser parte de la solución y no ser parte del problema; por lo que tenemos que ser responsables, conscientes y tomar el liderazgo que nos toque para tomar buenas decisiones y ser parte de esa solución.


Enseguida planteó como desafío la capacidad de “surfear esa ola” de cambios, de entenderlos mejor y de que los colaboradores estén abiertos al cambio y no le tengan tanto miedo. “Porque lo que genera esto es miedo”, recalcó. “Imaginen estar en empresas que han vivido disrupciones en pocos años. Imaginen estar en un sello discográfico o en una cadena de supermercados como Sears y les llega Amazon y se funde. No tengamos pánico, tratemos de entenderlo, de separar la paja del trigo; porque hay mucho de información de todo tipo y tratar de entender para qué nos puede servir esto, qué sentido nos puede dar y cómo nos puede hacer la vida mejor como ciudadanos”.



En cuanto a la región, Pugliese recalcó la importancia de las elecciones en Brasil por tratarse de un país con 200 millones de habitantes, y cómo Chile no ha sentido la crisis mientras que est totalmente difernte cruzando los Andes, y eso se debe al modelo de producción, de crecimiento, de haber atraído inversiones y de haber diversificado la matriz de exportación y producción de Chile.


Respecto Uruguay, Pugliese dijo que la tasa de desempleo estimada para fin de año es de dos dígitos por lo que eso habla de qué tan capaces estamos siendo para atraer capitales y de darle dinámica a la economía para que pueda crecer.


Ya en relación a el Grupo Bimbo, el director para Latin Sur dijo que estos cambios no tiene que moverles el norte y para todos en Bimbo la misión es trabajar en una compañía que “produce alimentos deliciosos y nutritivos y en la manos de todos”.


Citando a su fundador Don Lorenzo Servitje, el trabajo es equilibrar los aparentes opuestos entre desarrollar una compañía altamente productiva pero a la vez plenamente humana y eso está muy en el génesis y la identidad de la compañía.


Algunos de los consensos que a su parecer debería lograr Uruguay para crecer y generar un imán de inversiones, tienen que ver con el desarrollo de capacitación y educación, la tecnologías y la apertura al mundo. Porque para él, la evidencia indica que los mercados que se han cerrado no son los que han crecido más y puso como ejemplo que el primer negocio que tiene Bimbo en el mundo es Estados Unidos; siete mil millones de dólares. Y mucho se exporta desde México.


Volviendo a Bimbo Uruguay, señaló que han logrado exportar productos a cinco países y que ese es un camino de cómo apalancar la inversión en capital, en productividad, con valor agregado.

Al mismo tiempo importan de Paraguay o Perú, lo que habla de un proceso de globalización.



Respecto a los cambios de la tecnología ejemplificó con una campaña totalmente digital para adolescentes y jóvenes en Estados Unidos sobre un snack que tiene un gran crecimiento en ventas. La campaña tiene 268 millones de impresiones y dijo que si pusiera pauta en canales de cable o abierta no llegaría ni por asomo a esos contactos, por lo que la tecnología ha cambiado a un ritmo que tenemos que ser capaces de absorber y replantear cómo se llega al público.


La tecnología también la han llevado a las fábricas para aumentar la productividad, controlar los procesos y la eficiencia.

Tienen una planta completa con sensores para ganar productividad con "Internet de las cosas”, a fin de corregir problemas y herramientas de mantenimiento preventivo que se usan en aviación para no tener que corregir las fallas.


Hacia el final, Pugliese volvió a citar a Don Lorenzo Servidje sobre los aparentes opuestos: “construir una empresa sustentable, altamente productiva y plenamente humana”. Según Pugliese, sustentable tiene que ver con lo ecológico, pero también con la sustentabilidad de la rentabilidad. “Son negocios que ganan muy poco y siempre preferimos reinvertir las ganancias. La empresa prácticamente no da dividendos. Un ochenta u ochenta y cinco por ciento de lo que gana lo reinvierte desde hace años. Es una compañía que tiene una filosofía muy particular de cómo reinvertir y buscar la sustentabilidad para que no llene los bolsillos necesariamente sino que permita crecer y ofrecer mejores productos y crecer el volumen y la venta. Hoy es una compañía de 15 mil millones de dólares”, finalizó.

Tras estas presentaciones se abrió un espacio de preguntas donde se subrayó la importancia de la educación para poder llegar en buenas condiciones al 2030.


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