Resumen del Foro Económico
Discurso de apertura del Presidente de ACDE, en el Foro Económico
Muy buenos días a todos los presentes, empresarios, socios, y autoridades, es un honor en lo que me es personal presidir la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa en esta ocasión que estamos abriendo el trigésimo segundo foro económico.
Agradecemos especialmente la presencia del Ministro de Economía, Cr Danilo Astori, al Presidente del Banco Central, Cr Mario Bergara, y al Director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Cr Alvaro García.
Uno de los objetivos de ACDE es brindarle a los empresarios las herramientas necesarias para reafirmar que las personas que colaboran con ellos, no importa el tamaño de la empresa, son siempre un fin en si mismo y nunca un medio. Esa es nuestra responsabilidad diferenciadora como empresarios y trabajadores cristianos.
Es con esa visión de trabajadores que nos preocupa hoy más que nunca, el desfasaje que existe entre el aparente desarrollo económico y la decreciente creación de empleo. Y no nos engañemos a nosotros mismos, no estamos hablando del desempleo -que lo sabemos en niveles aceptables- estamos hablando de la creación de más y mejores empleos.
Y esto refiere a dos temas neurálgicos para le Uruguay de hoy: la productividad y la cultura de trabajo. Temas sobre los cuales ojala todos reflexionemos hoy en este foro.
Si nos encandilamos con las cifras del PBI y del desempleo nos estaremos haciendo trampa a nosotros mismos, pues no estaríamos reparando en el gran desafío que hoy nos imponen la tecnología, la educación de calidad y la cultura del trabajo en nuestro país. Todos factores que ponen en juego el progreso de nuestra sociedad, a la que se le suma un preocupante deterioro de valores esenciales, tales como el trabajo bien hecho, la preocupación por el prójimo más vulnerable y por los marginados de la sociedad, punto cardinal de todos los cristianos y de todos los buenos ciudadanos de la República.
Esfuerzo, creatividad, riesgo, tecnología, educación, valores y reglas claras; una combinación de factores que el Uruguay de hoy siente como imprescindibles para darle a sus hijos un futuro mejor. Y no importa si hablamos del sector público o del privado ya que, a fin de cuentas, debemos comprender y aceptar que estamos todos en una misma barca donde es tan importante la popa como la proa, el estribor como el babor. Sector público y sector privado nos necesitamos y nos retroalimentamos.
La preocupación por el desafío que la coyuntura mundial nos impone es unánime y abundan los diagnósticos consensuados por todos los actores. Y entonces, por qué no están confluyendo los esfuerzos de los empresarios, de los sindicatos y del gobierno? Seamos sinceros, existen diferentes lecturas de la realidad. Cada una con sus respectivas cifras e indicadores, que aunque iguales, son interpretados en forma distinta.
¿No habrá llegado el momento de ponernos de acuerdo? Porque al fin de cuentas puede haber más de una lectura, pero la realidad es una sola. Y porque si no nos ponemos de acuerdo los hechos terminarán arrastrándonos como una corriente demoledora hacia el enfrentamiento, el corporativismo, la mediocridad y en definitiva hacia la pobreza espiritual y material.
Desde ACDE queremos ser un vaso comunicante que aporte las instancias y el trabajo necesario para que cada vez menos existan visiones antagónicas y para que se aúnen esfuerzos en pro de un Uruguay realmente productivo y justo para todos.
Un camino así sólo es viable desde la sinceridad, la autocrítica y la renuncia, creando confianza entre las partes, partiendo de lo que tenemos en común.
Fue con ese espíritu, el de acercar las visiones y construir consensos, que el año pasado ACDE hizo su aporte y, entre las variadas actividades, presentó , un amplio estudio sobre el sentido y la realidad del trabajo, el que sintetizamos en el librillo “Aportes para la construcción de la cultura del trabajo 4.0”. Allí se analizan los desafíos de la nueva realidad laboral y la apuesta por una cultura de trabajo integral.
En la presentación del estudio en la sede de ACDE hicieron uso de la palabra el Ministro de Trabajo, el presidente del PIT CNT, y una empresaria industrial, sentados a la misma mesa, dialogando, planteando sus visiones y exponiendo sus preocupaciones.
Además, en dicho trabajo también, ACDE recuerda que la empresa es una comunidad de personas y que no podemos olvidar que el empresario es ante todo un trabajador. Si el empresario no tiene esta experiencia de la dignidad del trabajo, entonces, no será un buen empresario.
Por otra parte, hablando a propósito del trabajo, el Papa dijo el año pasado que “Los jóvenes crecen sin dignidad porque no son ungidos del trabajo que da la dignidad. Un cheque social mensual del estado, no resuelve el problema. El problema se resuelve con trabajo para todos. Sin trabajo para todos, no habrá dignidad para todos. Si me transformo en una máquina seguro que pronto seré sustituido por una máquina más eficiente, pero si soy verdaderamente humano, no existirá máquina que pueda sustituirme”.
Desde ACDE también nos preguntamos ¿Se está teniendo realmente una visión de la importancia de los empresarios uruguayos? Con asombro asistimos a la creación de un traje a medida que el Gobierno le ha hecho a empresarios extranjeros para atraer su inversión. Empresarios extranjeros cuyos justos reclamos fueron de recibo y sin embargo son exactamente los mismos que una y otra vez han hecho los empresarios uruguayos sin el mismo resultado.
Reiteramos, es con una actitud sincera y autocrítica que pretendemos que hoy los empresarios aquí presentes analicen una apuesta al bien común en cuanto a rentabilidad, salarios y condiciones de trabajo para ellos y para sus colaboradores. Y no tengamos miedo de hablar de competitividad y rentabilidad porque son indispensables para asegurar la inversión y desarrollar fuentes de trabajo dignas y perdurables. También pretendemos que el Estado y en particular el Gobierno, representado hoy aquí por su equipo económico, haga lo propio en tanto gestor de empresas y proyectos. Estamos hablando pues de productividad y de competitividad, pública y privada.
Nosotros como empresarios estamos particularmente preocupados por los costos de producción que afectan la rentabilidad de las empresas, no importando si son pequeñas, medianas o grandes, si son agropecuarias, industriales, comerciales o de servicios. Sin esa rentabilidad no es posible aumentar los puestos de trabajo o la calidad de los mismos. El empresario, el emprendedor y el ciudadano, todos en general, necesitamos tener un marco seguro de desarrollo de empresas rentables para ser generadoras de bienes para la sociedad, empleos genuinos y de buena calidad, con carga impositiva y tributos justos.
Por último, les hacemos una invitación muy especial: trabajar en el tema productividad. Para ello daremos el primer paso en abril cuando estaremos presentando una investigación llevada adelante por un equipo de académicos de la Universidad de la República y de la Universidad Católica, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, sobre la medición y gestión de la productividad a nivel de la empresa.
La invitación a trabajar queda abierta y reiteramos: la productividad y la cultura son temas neurálgicos para el desarrollo del Uruguay y eso nos involucra a todos.
Muchas gracias.
Resumen de las exposiciones en el Foro Económico
El equipo económico analizó la inversión, la competitividad, la política cambiaria y la estrategia oficial de desarrollo
El equipo económico del gobierno se presentó este martes en el Foro Económico de ACDE para realizar un detallado análisis del panorama actual y futuro de la economía y las finanzas del país. El ministro Danilo Astori, el presidente del BCU, Mario Bergara, y el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Álvaro García, se refirieron a los logros alcanzados, respondieron por el valor del dólar, los problemas de competitividad y el escenario de la productividad y admitieron su preocupación por la atracción de inversiones.
El Foro Económico de ACDE, en su edición número 32, comenzó este año con un llamado del presidente de la Asociación, Fernando Rachetti Olaso, a superar las diferencias y trabajar juntos por un Uruguay más productivo y con empleo para todos.
Rachetti alertó acerca de la existencia de un “desfasaje entre el crecimiento económico y la creación de más y mejor empleo”. “Si nos encandilamos con las cifras del PBI y el empleonos estaríamos haciendo trampas al solitario”, agregó, y abogó por una verdadera cultura del trabajo, basada en valores y con reglas claras.
“¿Por qué no están confluyendo los esfuerzos de los empresarios, los sindicatos y el gobierno? ¿No habrá llegado el momento de ponernos de acuerdo?, porque puede haber más de una lectura, pero la realidad es una sola”, expresó Rachetti. Así, propuso a ACDE como “un vaso comunicante para que cada vez existan menos visiones antagónicas y haya un Uruguay productivo y justo para todos”.
En este sentido, Rachetti destacó los valores cristianos y recordó que “el empresario es ante todo un trabajador: si el empresario no quiere la experiencia de la dignidad del trabajo, entonces no será un buen empresario”. En tanto, el presidente de ACDE pidió para los emprendimientos locales las mismas oportunidades que reciben las inversiones extranjeras y se mostró preocupado por “los costos de producción que afectan la rentabilidad de las empresas en general”. “Todos necesitamos un marco seguro de empresas rentables, empleos genuinos e impuestos justos”, agregó.
“Vamos a seguir por este rumbo”.El ministro Astoricomenzó su presentación haciendo referencia a los planteos del presidente de ACDE, y dijo que el gobierno “no teme discutir los temas relevantes que citó, como la cultura del trabajo y la productividad”. “Son nuestros temas preferidos en este momento de Uruguay. Con todo respeto y humildad venimos a ofrecer nuestro punto de vista que ojalá sea complementario”, comentó.
Luego confirmó que el “rumbo estratégico” fijado por el gobierno en cuanto a la política económica continuará siendo el mismo. “Vamos a seguir por este rumbo apoyado en tres pilares: crecimiento inclusivo, apertura, diversificación y diferenciación, y una gran apuesta a la calidad”, aseguró. El ministro reconoció, igualmente, que la situación fiscal es una vulnerabilidad. “No es fácil disminuir el gasto público en Uruguay”, admitió, y señaló que esto debe hacerse en consonancia con la política monetaria y la política de ingresos. “En esto estamos trabajando intensamente”, agregó.
En cuanto a la apertura comercial y la diversificación de mercados, el ministro comparó a Uruguay con Chile, “que suele ser un punto de referencia importante”. “En 2015 se observa una diversificación muy parecida entre ambos. Pero hay una diferencia notoria en el acceso preferencial a la mayoría de los destinos a donde exportamos”, explicó.
Al respecto, dijo: “96% de las exportaciones de Chile son con preferencias arancelarias, mientras que en Uruguay ese tipo de exportaciones son menos de la tercera parte (31%)”. “Eso hace que nuestros competidores directos, Australia y Nueva Zelanda, tengan acceso preferencial al mercado de nuestro principal cliente, que es China. Uruguay entra a China con preferencias arancelarias muy por debajo de Chile”, explicó.
“La orientación del país es la correcta en cuanto a la diversificación, pero tenemos esta dificultad que debemos vencer con cambios en la política de inserción comercial internacional”, advirtió. A la hora de las preguntas, Astori fue consultado al respecto, e insistió en que el gobierno apuesta por seguir trabajando en la inserción internacional del país, aunque admitió que en el Frente Amplio existen distintas posturas en el tema. Además, el titular de Economía hizo énfasis en la importancia y el rol del Mercosur.
El factor que “condiciona todo”.Astori se refirió a las exportaciones, al consumo privado y a la inversión como los tres motores que impulsan la economía, y explicó que los dos primeros están muy bien, al alza, pero que el tercero, la inversión, “aparece deprimida en los últimos tiempos”. “Nos debemos dedicar a incrementar la inversión pública y privada, porque es el principal factor, el que condiciona todo lo demás”, resaltó.
Astori recordó los cambios anunciados la semana pasada a la Ley de Inversiones para beneficiar más a los emprendimientos que generen más y mejores puestos de trabajo, con una producción limpia y amigable con el medio ambiente, y que genere desarrollo e innovación. El ministro también hizo referencia a que algunos analistas económicos señalaron que los nuevos estímulos propuestos para la inversión “no moverán la aguja”, y al respecto anunció que ya han recibido el interés de 57 inversores para desarrollar grandes proyectos inmobiliarios “por 1.900 millones de dólares”.
“Ya se está moviendo la aguja y en un nivel muy importante. Confiamos mucho en el resultado de estas medidas y en que Uruguay sepa responder a esta transformación del clima de negocios”, concluyó el ministro de Economía.
El desafío de la “montaña rusa”. A su turno, Bergara analizó la situación económica y financiera internacional y afirmó que predomina la “incertidumbre”.Esa incertidumbre, apuntó, “tuvo su pico con el Brexit y el triunfo de Donald Trump en EEUU” y, si bien “ahora bajó”, la sensación continúa y no es buena para nuestro país. “Tener una montaña rusa en el mundo desafía la estabilidad de los países pequeños”, alertópero destacó que, a pesar de ese escenario, “Uruguay tuvo resultados fructíferos”.
Bergara hizo un repaso detallado sobre el porqué de la incertidumbre y analizó cómo una enorme cantidad de dinero inyectado en el mercado, sobre todo en dólares, que generó un “comportamiento de manada” en el resto de las monedas fuertes del mundo.
El presidente del BCU explicó las expectativas y especulaciones que se hacen a nivel internacional con el valor del dólar y su impacto en Uruguay.“La expectativa sobre el dólar, si cae o sube, es la que genera los movimientos de capitales en el mundo”, dijo Bergara, y afirmó que cuando sube, los capitales van a EE.UU. y a los países desarrollados, pero cuando baja se vuelcan hacia los países emergentes.
“La política cambiaria está incidiendo en la política monetaria. Entonces tenemos una política monetaria flexible, dependiendo de la dolarización o desdolarización”, agregó, y anunció que el gobierno no modificará su política cambiaria, y que seguirá acompañando los “fundamentos” del dólar a nivel global.
“Fracasó el sistema de cambio múltiple o de bandas. Siempre fracasó ante un shock externo porque Uruguay tiene espalda chica. Entonces la flexibilidad cambiaria ha sido fundamental y ha servido de colchón para los shocks externos, que fueron complicados”, subrayó Bergara. El jerarca destacó que el mercado cambiario uruguayo “es un mercadito”, y que cualquier movimiento brusco se siente “como un elefante en un bazar”.
“Si dejáramos expresar en el mercadito que tenemos, la entrada de capitales o la desdolarización, el tipo de cambio se desplomaría. Si el dólar fuera libre en Uruguay estaría sujeto a estas volatilidades”, dijo Bergara, y destacó con énfasis que el BCU adquirió 4.000 millones de dólares para mantener el tipo de cambio.
Respecto de la competitividad, planteo habitual de exportadores y productores vinculado en parte con el valor del dólar, Bergara dijo que no se paran “desde el dramatismo” en este tema. “A nivel macro está bien preocuparse por la competitividad, pero no hay una situación dramática. Nos paramos desde la responsabilidad”, dijo.
Un rol “más eficiente” del Estado.El director de la OPP, García, se refirió a aspectos que entendió que brindan una “mirada de futuro”. Subrayó que el “mayor bienestar se tradujo en mayor esperanza de vida”, recordó que la tasa de fecundidad está en descenso y mencionó el análisis del saldo migratorio para así expresar: “En 2050 seremos entre 3,25 y 4 millones de personas, eso implica mayor peso de los sectores de edad avanzada, una caída de la tasa de actividad”. Al respecto, dijo que en Uruguay la automatización en el trabajo “está lejos de ser un problema, y pasa a ser un aliado para el incremento de la productividad”.
García dijo que hay “por lo menos seis estrategias nacionales de desarrollo en diferentes áreas, teniendo una mirada amplia en sectores productivos clave, sectores a los Uruguay puede y debe realizar apuestas porque tiene ventajas competitivas para eso”. En ese marco, se refirió a la bioeconomía, las energías renovables, las tecnologías de la información, el turismo y las industrias creativas, y destacó tres ejes transversales para desarrollar políticas públicas pensando en 2050: género, desarrollo territorial y cultura.
El director de la OPP dijo que en materia de competitividad se ordenó el rol de nueve agencias públicas y afirmó: “Venimos preocupados hace mucho tiempo para que el rol del Estado sea mucho más eficiente en estos temas y allí la nueva agencia es Transforma Uruguay, que es la pata de las políticas públicas en el corto plazo, de los temas que hablamos para el largo plazo”.
García cerró señalando la importancia de generar “desarrollo integral” en el país, y destacó que Uruguay está en el puesto 40º en el mundo y primero en América Latina en cuanto a la medición de dicho indicador. “Trabajamos por un desarrollo integral del ser humano en todas sus dimensiones”, remarcó el director de la OPP.