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Síntesis del Foro Económico de ACDE


Foro Económico de ACDE

Exposición del equipo económico de gobierno - 6 de diciembre de 2016

La imperiosa necesidad de una mayor inserción internacional de Uruguay como destino de inversiones extranjeras y generación de oportunidades de negocios, los estímulos a la innovación como forma de preparar al país para el nuevo escenario internacional, el avance de los medios electrónicos y una mirada optimista hacia el 2017 en términos macroeconómicos, fueron algunos de los temas centrales que analizó el equipo económico de gobierno este martes 6 en el 31° Foro Económico de ACDE, realizado en Punta Cala.

En este nuevo Foro Económico organizado por ACDE, el N° 31 de forma consecutiva, el presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE), Martín Carriquiry, dijo que los desafíos propuestos en el título de esta conferencia -Más inclusión, más innovación y mejor inserción de la política económica frente a los nuevos desafíos- “deben ser extrapolados a todo el país”.

Al referirse a la característica actual de la sociedad uruguaya, advirtió que existe una “fragmentación de su tejido social”, así como de “sus liderazgos”. “Unos dicen inserción internacional y otros dicen no a los tratados que nos proponen. Unos dicen sí a la innovación y otros no a los cambios. Unos dicen más inclusión y otros manejan guetos”, apuntó.

“Hay cosas que no deberían discutirse más, como el cambio en la educación, sino hacerla, o la inserción internacional, sino hacerla. No debe discutirse más la seguridad ciudadana sino aplicar soluciones”, reclamó.

“Se nos acaba el tiempo, deberíamos advertirlo, y ACDE ofrece su colaboración desinteresada para ayudar, desde su óptica empresarial a que la búsqueda del bien común de nuestra sociedad no sea una utopía sino un objetivo realista”, finalizó el presidente de ACDE.

“Un vehículo”. En el inicio, el ministro de Economía, Danilo Astori, defendió con énfasis la necesidad de que Uruguay se sume a los grandes acuerdos internacionales que hoy se negocian en el mundo. Aseguró que son fundamentales para el país y que en ese sentido el Mercosur y los acuerdos regionales de integración deben ser “una plataforma de lanzamiento” para Uruguay y no “una estación terminal”.

A propósito, señaló que a su entender la prioridad a corto plazo debe ser lograr el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, aunque advirtió (sin nombrar directamente los problemas con Venezuela, por ejemplo) que existen “nuevos problemas de los que no sabemos cómo vamos a evolucionar”. De todas formas, destacó, “la integración regional debe ser un vehículo” para la inserción de Uruguay en el mundo.

Rumbo. Astori comenzó su presentación recordando una pregunta que le suelen hacer acerca de cuál es el modelo de política económica que sigue el gobierno. “No tenemos un modelo”, respondió, y de inmediato aclaró: “pero sí un rumbo y una orientación”. La política económica “no es una estructura inflexible con respuestas preconcebidas”, agregó, y en seguida destacó que el

Ejecutivo sigue adelante con el proceso de “transformaciones estructurales”. Todo esto, dijo, “haciendo política, que es actuar sobre la realidad para modificarla”.

En este sentido y vinculándolo con el tema central de la convocatoria, Astori señaló que “la inclusión no cae del cielo, así como la innovación tampoco, ni la inserción surge de forma espontánea”. “Se realiza haciendo política”, insistió. Y estos tres conceptos u objetivos -inclusión, innovación e inserción- tienen como fin “recuperar lo antes posible los niveles de crecimiento y bienestar” de los últimos años, sostuvo.

En cuanto al “crecimiento con inclusión”, señaló que tiene mucho que ver con la “estructura de la producción” de Uruguay la cual, advirtió, “necesita diversificarse”. Esta diversificación traerá “complejidades” pero “de las buenas”, dijo, y puso como ejemplo la “transformación de una actividad preexistente como el agro”. Y en esa línea comentó que la propuesta es “estimular la especialización productiva, desarrollando la biotecnología y la innovación”, por ejemplo.

Astori hizo hincapié en la “relación productiva” que hay entre varios rubros, como la producción de alimentos, la forestación, la minería, las energías renovables, el turismo, los servicios financieros y jurídicos y la creatividad audiovisual”. Llamó a “no sectorizar” estas áreas de la economía nacional porque “hay una articulación horizontal entre cada actividad y ahí está la potencialidad del cambio”.

Pero hay un problema, remarcó: “en Uruguay estos complejos tienen niveles de productividad diferentes”, entre rubros y entre empresas de ellos, “lo que se combate de una sola manera, y es promoviendo la competitividad sistémica con un tejido productivo diversificado y eficiente, que incluye esa densa trama de transacciones intersectoriales”.

En cuanto al empleo, Astori dijo que “es el factor promotor del cambio en última instancia”. “Y cuando hablamos de empleo -dijo- hablamos de trabajo decente libremente elegido, adecuadamente remunerado y respaldado por una protección social adecuada”. Esta protección social, agregó, promueve una “estructura productiva menos desigual y más convergente”.

Para concretar estas transformaciones estructurales, Astori advirtió que se debe tener “orden económico” y allí destacó que “todos los objetivos son importantes”, a saber: “política monetaria, fiscal y de ingresos”. Estos tres pilares conforman lo que llamó “la base sólida y duradera que se requiere para conseguir los objetivos de crecimiento a largo plazo”.

Inserción. Astori insistió en que para conseguir ese desarrollo y crecimiento sostenible debe haber una mejor inserción internacional del país, pero advirtió que actualmente se presentan a nivel global “nuevos aspectos que ayudan a volatilizar la situación”, y nombró por ejemplo el triunfo en Estados Unidos del candidato republicano Donald Trump, la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea, o la reciente derrota de la propuesta de reforma constitucional que hizo el primer ministro de Italia Mateo Renzi, todo lo que, advirtió Astori, impacta mucho en todo el mundo.

El ministro destacó que “las grandes potencias renunciaron al multilateralismo” y se abocan a firmar acuerdos comerciales de gran alcance con bloques de países y zonas del planeta. “Uruguay debe buscar un lugar en este mundo, en este tipo de acuerdos que no solo son de comercio con acceso a mercados, sino que incluyen normas técnicas, normas de origen, regulación de servicios, propiedad intelectual, normas medioambientales y de solución de controversias”, apuntó.

Así llegó el ministro a su planteo de inserción internacional al más alto nivel, partiendo de la integración regional pero sin que esta sea la “estación terminal”, sino la “plataforma de lanzamiento” para Uruguay.

Buenas y malas noticias. Por su parte, el director de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas, Andrés Masoller, repasó la evolución de los indicadores económicos de Uruguay en los últimos años y, tras destacar que el país siguió creciendo en 2016 por decimocuarto año consecutivo pese al contexto regional y global adverso, auguró un crecimiento del Producto Interno Bruto “del 4% hacia el final del actual período de gobierno”. Esto lo consideró con base en el desarrollo productivo que traerá la nueva planta de pasta de celulosa de UPM, cuya construcción se espera concretar en los próximos dos años.

A corto plazo, Masoller confirmó que la economía uruguaya crecerá 0,5% en este 2016, por lo que “Uruguay sigue creciendo, a un ritmo más lento, pero creciendo, lo que es muy bueno”, enfatizó.

Masoller enumeró lo que considera “señales positivas” para la economía uruguaya en este año que culmina, por ejemplo “los mejores precios de algunos productos de exportación” de Uruguay, el precio de la carne, “que ha caído pero sigue alto”, y “las perspectivas de crecimiento de los vecinos (Argentina y Brasil) para el 2017”.

Sin embargo, mencionó el triunfo de Trump en EE.UU. como “una mala noticia” que trajo “incertidumbre” porque genera la suba de las tasas de interés y porque se anuncian “medidas proteccionistas” en la administración del candidato republicano.

Aun así, destacó Masoller, “hay buenas expectativas de una mejora global” que beneficiaría a Uruguay. Y respecto a nuestro país, el jerarca del MEF señaló que “Uruguay superó el punto de inflexión y logró evitar la recesión”. En ese sentido enumeró logros, como el aumento del consumo interno, el crecimiento de la demanda externa de bienes y servicios, la buena competitividad con Argentina y Brasil, el buen desempeño del turismo y la perspectiva de que siga creciendo en la próxima temporada, así como alguna señal de recuperación en la industria y mayor inversión productiva y en maquinaria.

Pensando en el futuro inmediato, dijo Masoller, el gobierno seguirá con su plan de inversión en infraestructura, de inserción internacional, de promover mayor productividad, y un desarrollo aún mejor del sistema financiero. Todo eso, agregó, sobre la base de medidas aplicadas en tres áreas: política monetaria, política de ingresos y política fiscal. Cada una relacionada con la otra y aplicada “con gradualismo y coherencia”, apuntó.

Acerca del plan de “consolidación fiscal” (ya aprobado en parte en la última Rendición de Cuentas), Masoller destacó que “todos los organismos públicos están haciendo esfuerzos” y señaló que se logró “estabilizar el déficit” (3,5 del PIB) y que “el desafío ahora es reducirlo”. Para ello, recordó, el gobierno central redujo el crecimiento del gasto público, que en 2016 fue “del 1%, vinculado básicamente al ajuste de pasividades y a la inclusión de nuevos colectivos de jubilados en el Fonasa.

A esto sumó la reducción de costos en Ancap y dijo que queda por aprobar la reducción de las transferencias al sistema de retiro de las Fuerzas Armadas. En ese sentido, anunció el pronto envío al Parlamento de un proyecto de ley “de reforma estructural de la Caja Militar”.

“Este conjunto de políticas macroeconómicas van a tener un impacto positivo en el 2017”, auguró, y adelantó la ejecución de 2.600 millones de dólares del plan de infraestructura, sobre todo en obras de vialidad y energía. “Estamos trabajando en la dirección correcta, reduciendo vulnerabilidades y logrando estabilidad económica para así recuperar la senda del crecimiento sostenido”, finalizó Masoller.

Apuesta a la innovación. Por su parte, Pablo Ferreri, subsecretario de Economía y Finanzas, se refirió a la necesidad de tener orden económico y contar con políticas públicas sólidas para poder potenciar el “ciclo virtuoso” del crecimiento, la innovación y la productividad, en un contexto global sumamente cambiante y lleno de factores disruptivos.

El subsecretario dijo que hay que tener un “enfoque estratégico y políticas públicas concretas para poder conseguir inversiones”. Así, detalló el marco actual en la materia y subrayó la existencia de un “sistema integral para la promoción de inversiones”.

“En pocos años, Uruguay pasó de tener inversiones equivalentes a 13 puntos del PIB a tener las equivalentes a 23 ó 24 puntos”, dijo Ferreri, que luego destacó que hay medidas que ya están dando resultados en la atracción de inversiones, y que hay otras herramientas que se espera que comiencen a dar buenas señales en el corto plazo.

“El país está trabajando intensamente para facilitar los negocios”, agregó el jerarca, que comentó, a modo de ejemplo, que si se espera que lleguen nuevas empresas al país y comiencen a producir, la habilitación de Bomberos no puede demorar más de dos años, como ocurría hasta hace muy poco tiempo. “Ahora logramos que se haga en menos de seis meses”, valoró.

El subsecretario destacó que hay una “nueva institucionalidad” para el desarrollo productivo y la innovación, y así subrayó el trabajo del LATU, INIA, Inefop, ANII, CND, entre otras instituciones. “Hay una apuesta orientada a la innovación y eso es un elemento central”, dijo Ferreri, que aclaró que eso no tiene que ser sinónimo de más burocracia, sino que se puede articular de forma eficiente y eficaz.

Un mundo cambiante. En ese marco, Ferreri afirmó que los esfuerzos en crecimiento, innovación y productividad, deben ir acompañados de un “potente plan de inserción internacional”. “La apertura contribuye a desarrollar capacidades, mejorar la productividad y potenciar el crecimiento”, señaló.

El subsecretario de Economía opinó: “El inmovilismo es la peor de las opciones. Necesitamos una estrategia de inserción que esté a la altura de las circunstancias, se requieren equipos sólidos y acuerdos amplios y profundos a nivel político y social”.

En ese marco, el jerarca también aprovechó a destacar el trabajo que se lleva adelante en materia de transparencia fiscal. Recordó los motivos por los cuales Uruguay estuvo en la lista negra y luego en la lista gris de la OCDE, y dijo que ahora se logró ubicar en las mejores posiciones. “Uruguay no podría estar negociando la inversión más grande de su historia si fuese un paraíso fiscal”, dijo, y luego remarcó: “El que opte por la opacidad, deberá pagar las consecuencias”.

Los medios electrónicos. A su turno, el presidente del Banco Central, Mario Bergara, también hizo referencia a la importancia de prestar atención a los cambios en distintos parámetros internacionales, que se asocian al resultado electoral en EE.UU. y también al contexto asociado al Brexit, los comicios en Italia y las medidas proteccionistas y populistas que van tomando forma en los países desarrollados.

“Estamos ante un mundo de creciente turbulencias, volatilidad e incertidumbre, hay un antes y un después de la elección en EE.UU., y cuando hay ruidos así, los capitales se refugian en los lugares que ven como más seguros, y en este caso ese lugar es EE.UU., más allá de que sea la fuente de esa volatilidad”, comentó. De todos modos, el titular del BCU dijo que “sacar conclusiones o proyecciones en este momento resulta apresurado”.

Bergara afirmó, en tanto, que la moneda uruguaya está evolucionando respecto al dólar de forma esencialmente similar al resto de los países emergentes. Según el jerarca, el tipo de cambio no se ve principalmente influido por la política monetaria del Banco Central, sino que lo que termina pesando son las decisiones que toma EE.UU., precisamente la FED.

El titular del BCU también se refirió a la inflación, y si bien destacó los buenos resultados que se vienen observando, admitió que aún no se ubica en los niveles en los cuales el gobierno y la sociedad quisieran, por lo cual dijo que la política monetaria seguirá siendo contractiva.

Bergara habló de la evolución local del sistema de pago y destacó que hay buenas noticias: “Se está cambiando muy rápido la forma en la cual la población usa los medios electrónicos, y esto va en línea con una tendencia mundial”.

En tanto, el jerarca dijo que “potenciar el mercado de valores sigue siendo un objetivo central”. Explicó que esto puede servir para “viabilizar el financiamiento de proyectos relevantes”, y como una forma de dar alternativas para canalizar el ahorro minorista. Así, adelantó que la normativa para la emisión simplificada de valores para las medianas y pequeñas empresas ya está en consulta y se espera avanzar al respecto en el corto plazo.

En el cierre, Bergara dijo que también es rol del BCU el análisis y la potencial regulación de las plataformas electrónicas en el sistema financiero, los denominados “Uber financieros”. “Debemos ver en cada caso si hay algo para proteger, tenemos que cuidar a los pequeños inversores no sofisticados”, expresó.

“Lejos de decir que esto no hay que regularlo, lo que digo es que tenemos que entender bien en qué consisten estas plataformas, a quién hay que proteger, y ahí avanzar en la regulación”, opinó el titular del BCU.

“Plan estratégico”. “Trabajamos por el desarrollo integral del ser humano” fue el eslogan con el cual inició su presentación el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Álvaro García.

Su disertación se concentró en los objetivos de descentralización y planificación, a partir de un diagnóstico de Uruguay como “un país que tiene inequidades territoriales muy importantes”. Esto, explicó, se da no solo en el ingreso por departamento, sino también por la distribución de ese ingreso. Incluso, acotó, existe inequidad territorial dentro de un mismo departamento.

Además de afinar los criterios para las transferencias desde el gobierno central a los gobiernos departamentales, García remarcó la importancia de que los 112 municipios del país “tienen planes estratégicos para cinco años”.

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